Dr.Francisco Morales Zepeda
Redes Institucionales
El concepto de Red Institucional (Morales,2007), se deriva de los estudios de redes sociales (Hanneman, 2000, Molina, 2001, 2007; Vélez, 2008) que se centran en los estudios de redes personales y egocéntricas, las primeras producto de la interacción entre seres humanos independientemente del territorio en el que se desarrollan; mientras que en las segundas el territorio juega un papel importante en su organización y morfología.
Las redes sociales (personales y de capital social, o egocéntricas), son el contexto social ordinario en el que se desarrollan las relaciones humanas, están sustentadas en la cultura de los pueblos, su amplitud y niveles de interacción depende de las condiciones materiales en las que se desarrollan dichas redes.
“La corriente de redes sociales como abordaje metodológico permite la confluencia de otro sector importante de la teoría que propone describir y graficar las relaciones sociales que construyen o impiden el surgimiento de una economía basada en el conocimiento. Las principales preocupaciones de esta corriente han sido las relaciones ínterorganizacionales, las redes de políticas públicas (policy networks Rhodes y Marsh 1995, entre otros), redes de innovación (knowledge or innovation networks, Casas 2001), Actor-Network Theory (Law:1999) y las redes que se configuran a partir del capital social (Burt 2000, Lazega:2004). Estas estructuras fotografiadas a partir de la graficación de las relaciones, permiten describir trayectorias de los actores, sus interacciones en términos de intercambio de recursos entre las organizaciones, y los lazos interpersonales de afecto y confianza entre los sujetos o relaciones de poder en las que se involucran sujetos y objetos (Actor-Network Theory).” (Vélez Cuartas, Gabriel, 2008)
En nuestro caso, el concepto de redes institucionales define no sólo el proceso de evolución de la complejidad histórica de la sociedad, sino también, la consolidación del tejido social en el que se trastoca y transforma permanentemente a la sociedad, a partir de la morfología especifica de la interacción interinstitucional.
Dentro de las condiciones que definen a las redes institucionales, se encuentra como aspecto principal, que el desarrollo de las redes institucionales no pueden trasladarse denominativamente de un espacio geográfico a otro, de ahí que sea necesario establecer condiciones mínimas para propiciar el desarrollo de las mismas.
Las redes institucionales son una consecuencia directa del desarrollo del capitalismo, por lo que no es posible encontrar dichas estructuras (morfologías) institucionales en los entornos sociales subdesarrollados, al no existir en dicha sociedades la capacidad de formar “nodos” para la incorporación de un entramado reticular.
Otra de las características de las redes institucionales es que se desarrollan dentro de un contexto social específico, inmersas en una cultural que las reclama como forma de organización, es decir, no podemos hablar denominativamente de redes institucionales en sociedades que no cuentan con un intercambio elevado de relaciones (políticas, económicas y socioculturales).
Al ser las redes institucionales una forma de dimensionar el desarrollo de una sociedad, su condición endógena nos permite establecer la necesidad de una autorresponsabilidad del desarrollo de la sociedad, por lo que no podemos mantener una actitud pasiva ante la ineficacia en la gestión del desarrollo socioeconómico por parte de quienes administran las políticas públicas de un país.
Es importante enfatizar que la interacción que se establece en cada actividad productiva, en su propio escenario de desarrollo, involucra necesariamente a un conjunto de dependencias gubernamentales, centros de investigación y productores, cuya interacción son la base en la que evolucionan las redes institucionales, concepto que permite estudiar las condiciones endógenas en las que se genera la vinculación entre los distintos factores que intervienen en el desarrollo regional: territorio, cultura, trabajo, capital, entre otros.
Dentro de los aspectos centrales en las redes institucionales es la generación de capital social (Bourdieu, 1979), concepto a través del cual se puede comprender las relaciones que se presentan en el territorio para el desarrollo de los espacios productivos. Las redes institucionales, son un concepto evaluador de los procesos de desarrollo del tejido social en su relación con su desarrollo político, económico y sociocultural, aspectos que son indivisibles de las condiciones de evolución del espacio geográfico.
En el momento en que una sociedad reclama mayores flujos de información (conocimiento), es imperativo estructurar redes institucionales, con la interacción entre instituciones, cuya condición principal es soportar la herencia cultural de la sociedad en la que se conforman. Las redes institucionales representan al tejido social en su condición de metaconciencia, en cuyo marco de referencia interactúan una amplia gama de redes sociales, cuya normalización está dada por las normas establecidas en las instituciones.
El incremento en la interacción económica en los procesos productivos, reclaman que se presenten transformaciones en la organización de las instituciones encargadas de gestionar la incorporación y el uso, no sólo de nuevas tecnologías en el territorio, también pautas de organización del espacio geográfico.
La condición germinal en las que se establece el desarrollo de las Redes Institucionales están presentes en las sociedades humanas -aún en su formas más incipientes-, desde el surgimiento de las primeras aldeas, no como un elemento al que inevitablemente habría de llegar toda sociedad, pero sí, como una trayectoria en la complejidad histórica al que las posibilidades de la evolución social coloca en el camino de la humanidad.
La evolución de las redes institucionales en la historia de las sociedades, está relacionada con los procesos culturales de las mismas, es decir, con los procesos inter e intrapsicológicos (L. S. Vygotsky, 2003) que permiten al ser humano apropiarse de los significados que le da la cultura a la cual pertenecen, y de ahí, también su complejidad histórica.
Con la intención de esquematizar la evolución de las redes institucionales, es factible considerar que éstas requieren de un basamento social en el que se presentan saltos cualitativos o “revolucionarios” que dan origen a una nueva etapa de desarrollo próximo. Los “saltos” son concéntricos en cada una de las fases del desarrollo de la sociedad.
Es posible entonces imaginar las distintas fases en las que se soporta el crecimiento de las redes institucionales como un todo histórico, en el que cada una de las fases precedentes habrá de definir la composición, cobertura y solidez de las que le continúan.
La organización del espacio geográfico, en el capitalismo en su etapa de economía abierta (economía de mercado) se presenta en una desintegración vertical y horizontal de la línea de producción de los procesos productivos, lo que trae como consecuencia un entorno de competencia en la subcontratación de los servicios.
Por definición las redes institucionales consideramos a un intricado conjunto de interacciones entre instituciones que se concreta en la coordinación de cada una de ellas para soportar el desarrollo económico y sociocultural en una escala regional.
La producción requiere cada vez más de mecanismos organizacionales que le permitan al productor gestionar la Ciencia y la Tecnología en función de escenarios prospectivos que tomen en cuenta las tendencias de desarrollo y técnicas de producción del sector agrícola, de ahí que el desarrollo de redes institucionales en las que la vinculación entre Centros de I+D (Investigación y Desarrollo), Universidad, agroindustria y gobierno se considera fundamental para la incorporación y desarrollo de la nuevas tecnologías, enfatizando en un mayor valor agregado para los productos que se comercializan en el mercado mundial. ¿Cómo se forman estas redes? ¿Por qué surgen en un ámbito territorial y en otro no?
En este contexto, se considera que las instituciones no deben ser tomadas como factores “dados”, sino que evolucionan juntamente con otros fenómenos sociales y económicos complejos, por lo que es fundamental situar los agentes, sus identidades, estrategias o tácticas en un contexto estratégico-relacional más amplio (Jessop, 2001). Este punto de partida explica el creciente interés de la Geografía Económica por las formas en que las interacciones sociales entre agentes han conformado el desempeño económico,planteamiento que se define como "vuelco relacional" (Boggs y Rantisi, 2003; Bathelt y Glücker, 2003). (Salom y Albertos, 2000)
Como hemos expresado en los párrafos anteriores, las redes institucionales no pueden ser trasladadas de un entorno geográfico a otro, su condición endógena es una condición sin ecuanon para que el tejido industrial “despegue” en un territorio, representan el desarrollo sociocultural de una sociedad, de ahí que no sea posible simular la presencia de redes institucionales.
Gestión de Redes Institucionales
En los entornos sociales en los que las redes institucionales son débiles se encuentra una relación directa con el bajo desarrollo científico y tecnológico y a su vez, presentan una baja productividad industrial, con un producto interno bruto que en gran medida dependen del sector de los servicios, seguido del sector primario, aspecto que claramente nos indica la relación que existe entre desarrollo y transformación de las materias primas.
Es importante distinguir el concepto de red institucional de la llamada relación “triple hélice” (universidades, empresas y gobierno), las redes institucionales son órganos desarrollados en la interacción entre estructuras sociales heredadas históricamente por la sociedad a la que pertenecen y es difícil trasladarlas, mientras que los enlaces triple hélice (Etzkowitz y Leydesdorff, 1997) corresponden a formas de gestión del conocimiento, son formas de administración cuyo objetivo es organizar el desarrollo de estructuras de interacción entre los cuerpos científicos y las empresas para propiciar condiciones que favorezcan el desarrollo económico.
El concepto de Red Institucional nos permite adentrarnos en el desarrollo de un campo de conocimiento en el que el planteamiento metodológico interparadigmático, es decir, de interacción entre paradigmas de distintas disciplinas, se estructura a partir de las aportaciones de la economía institucional y el neoinstitucionalismo (Douglass, 1993; Rothstein, 1996); que considera a las instituciones como el entorno de negociación y decisión de los intereses sociales; así mismo, establece las condiciones psicológicas en las que se soporta la complejidad histórica de las redes institucionales, que cuentan con una base sociocultural e histórica que les permiten ser explicadas cabalmente desde la Ley de la Doble Formación de la teoría Sociocultural de Lev S. Vygotsky (2000), de la cual se derivan los conceptos de “zona de desarrollo real” y “zona de desarrollo próximo” con los que interactúan los individuos en un contexto sistémico, aspecto que nos permite retomar el concepto de límite de la teoría General de Sistemas de Niklas Luhmann (2002); que se relaciona así mismo con el proceso de incorporación de nuevas tecnologías a los procesos productivos, aspectos que es retomado por las explicaciones de los procesos tecno-científicos de Milton Santos (2000) y el contexto económico regional de Paul Krugman (1999).
La posibilidad de que se presente una vinculación amplia entre las instituciones en el espacio geográfico está relacionada con la consolidación de una identidad productiva, es decir, con actores sociales (individuos y organizaciones) que pugnen por una estructura social en la que la normalización de las pautas de conducta estén mediadas por aspectos de índole legal e institucional.
North Douglass (1993) en su libro “Instituciones, cambio institucional y desempeño económico” otorga a la cultura el papel de definir las condiciones informales en las cuales encaramos y resolvemos los problemas, es decir, son las condiciones sociales en las que se toman decisiones.
“La consecuencia a largo plazo del procesamiento cultural de la información que está en la base de las limitaciones informales es lo que juega un papel importante en la forma incremental por medio de la cual las instituciones evolucionan y por consiguiente en una fuerte dependencia de la trayectoria”. Añadiendo, “Igualmente importante es el hecho de que las limitaciones informales derivadas culturalmente no cambiarán de inmediato como relación de las reglas formales, como resultado, la tensión de redes formales alteradas y limitaciones informales persistentes produce resultados que tienen consecuencias en la forma en que cambian las economías” (Douglass, 1993).
Las decisiones en una sociedad democrática se toman por conglomerados humanos que abarcan a un número cada vez mayor de individuos, lo que implica un incremento en la complejidad de las instituciones; las cuales son vistas, desde el institucionalismo económico como el espacio que enmarca la función de crear sinergias específicas para cada uno de los sectores de la economía y con ello impactar positivamente en el desarrollo de la sociedad.
Los aspectos que caracterizan a las instituciones, son en primer lugar, que sus funciones están delimitadas por estatutos legales (leyes, códigos, tradiciones), en segundo lugar, la escala de valores, entendidos éstos como la directriz cultural de las instituciones, y en tercer lugar, el más importante, que en las instituciones se entabla la comunicación con base a conceptos abstractos, signos y símbolos con un significado compartido por sus miembros, lo que permite que la estructura formada en un entorno institucional sea considerado parte de la herencia cultural de la sociedad.
Las instituciones son un conglomerado humano representativo de la “matriz cultural” a la que pertenece y determinan la “morfología” del tejido social en el que se desarrolla el milleu cultural de la sociedad, de ahí que en cada territorio se cuente con una nueva estructura social, completamente distinta y que debe ser caracterizada de acuerdo con el contexto histórico en el que se ha desarrollado.
Es posible considerar a “la institución” una categoría con fortaleza epistemológica para establecer una medida de desarrollo de una sociedad, al tomar como punto de partida para esa tabulación la eficiencia que los miembros de la misma tienen en el manejo de la complejidad histórica, a través de lo que Niklas Luhmann (1996) define como la reducción de la incertidumbre en la toma de decisiones.
La temporalidad del desarrollo se encuentra definida por una permanente toma decisiones, en condiciones de cambio perenne, en las sociedades modernas se requiere de instituciones con un conglomerados humanos calificados y de un entorno cultural que posibilite la rotación de la pirámide de poder en las instituciones, aspectos que son el principal obstáculo en las sociedades subdesarrolladas de América Latina.
El soporte para la formación de las redes institucionales se encuentra en la cultural. La sociedad se “desdobla” históricamente, es decir, presenta una evolución semiótica (conceptual), una condición que se explica a partir del papel de la mediación que tiene el lenguaje y el pensamiento como guía de las actividades productivas en el uso de las nuevas tecnologías, insistimos en el hecho de que es posible establecer fases del desarrollo de la sociedad, ilustrándolas a partir de la complejidad histórica que han alcanzado el uso que de las redes institucionales hace la sociedad.
Debemos decir, que si bien, el desarrollo científico-tecnológico representa una importante influencia para las pautas de evolución del espacio, éste debe combinarse con la evolución del tejido social, con el fin de que se establezcan elementos para un desarrollo regional de largo alcance, representado de manera preponderante en las redes institucionales que se establecen para usar y desarrollar las innovaciones tanto de proceso como de producto.
En el actual momento histórico del desarrollo del capitalismo en la que la relación entre la tecnología y la biotecnología, presenta una fase Tecnobiológica (Morales, 2007), en la que la producción de variedades genéticamente modificadas y la comunicación intercelular, pone en marcha un conjunto de redes institucionales que demanda una mayor interacción de las mismas, lo que en el capitalismo avanzado reditúa en altos niveles de producción, pero que en el contexto de subdesarrollo condena a una desigualdad mayor, dada la disparidad en su desarrollo sociocultural.
Conclusiones
La incipiente o robusta presencia de redes institucionales es el resultado de una evolución histórica desordenada de la actividad en la región, lo que a su vez se expresa en políticas públicas dispersas o direccionadas, es decir, una esfuerzo ordenado o la duplicidad de acciones institucionales, lo que necesariamente llevan al constante desperdicio de los recursos técnicos y humanos ante la falta de planeación de la actividad en el estado (nula gestión de redes institucionales).
Las pautas en el desarrollo regional del espacio geográfico está delimitado por la evolución de los sectores productivos de la sociedad; lo que reclama la planeación territorial de la actividad, entendiendo, para ello, que la cultura y la economía van a la par en los procesos productivos, lo que hace imposible que se simule el desarrollo de la sociedad, toda vez, que la práctica de una transferencia tecnológica sin vínculos en las redes sociales, y por tanto sin asidero en las redes institucionales impide que se formen las estructuras que permitan la evolución sociocultural de un país.
La gestión de redes institucionales se presenta como una consecuencia de la evolución de las redes institucionales, no es un modelo de administración pública que se pueda imitar, su presencia no es de orden denominativo, ni producto de una cara denominativa de una toma de decisiones horizontal; la gestión de redes institucionales refieren al devenir histórico de en el desarrollo de la complejidad de la sociedad, es decir la complejidad histórica que reviste el desarrollo de una sociedad.
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