lunes, 14 de octubre de 2013

La Primavera Árabe, la Noche Mexicana y otros Mil y un Cuentos

Dr. Francisco Morales Zepeda
Los grupos de poder en todo el mundo son redes de intereses concretos en los que el control de poder en los estados nacionales es un factor determinante para su desarrollo, aspecto en el cual estos conglomerados se dedican fervientemente, como forma de garantizar la acumulación de su riqueza por encima de las poblaciones que representan; esta realidad lamentable es lo que ha llevado a los pueblos de oriente medio a una guerra civil, propiciada por los EEUU y Europa con el fin de hacerse de sus recursos naturales y humanos, aspecto que se ha convertido en una sangría de más de tres años.
El comienzo de la hoja de ruta de la “Primavera Árabe”, nombre con el que se ha calificado a las revueltas populares en Egipto y Túnez, puede rastrearse en las intervenciones militares desastrosas para los EEUU y Europa en Irak y Afganistan, que llevaron a una sangría permanente a la economía Norteamericana, que considero que sólo demoliendo a los países que proveían de armamento y simpatizantes en la lucha del pueblo Iraqui podrían ganar esta guerra colonial, que ya para el 2012 tenía tintes de DERROTA, percepción que no está dispuesto a soportar el imperio, menos después de una debacle económica como lo fue la crisis global del 2008.
Dinamitar a los países con un perfil Laico en el mundo árabe es el primer paso, para impulsar en ellos el fanatismo que lleva al odio y así propiciar escenarios de guerra con los cuales poder controlar el caos en los territorios bajo un dialogo de armas y de bombas. Así se hizo, a partir de 2011 con la guerra en Libia.
En México, mientras tanto, bajo la influencia del Imperio Norteamericano, es imprescindible mover las reservas petroleras y lograr tener el control de su territorio con el fin de impedir un posible aliado en una eventual III Guerra Mundial, con lo cual, el vecino de sur lograria concretar una mayor autonomía relativa; así comenzaron los planes para desmantelar lo que queda del estado nacional en Los Estados Unidos Mexicanos, arrebatando, la educación (bienes culturales), el petróleo (Bienes energéticos) y la economía (bienes financieros) de los mexicanos a través de un MEGA Fraude como lo fue la elección de Peña Nieto en total complicidad con la cúpula del PAN, como lo demostro una campaña gris de su candidata y la renuncia histórica a detener al PRIISMO, al ver que Josefina Vázquez Mota y el resto del panismo convocaba en los últimos días de campaña a votar por el candidato priista.
Mientras el mundo entraba en Guerra, los políticos priistas se aprestan a ser la retaguardia proveedora de mercancías y de materias primas para el escenario bélico, sin mayor compromiso que el de ser espectadores en una justa que les reditúa dividendos, pero para la cual hay que aportar sangre y cuero del pueblo empobrecido de México a través de los contingentes del ejercito norteamericano compuesto en sus tropas de asalto por un 35% de latinos, de los cuales el 20% son Mexicanos.
Los mexicanos no somos sólo la mano de obra barata de los EEUU, también somos su carne de cañón, lo que pone a México en una larga Noche, y en un punto de responsabilidad enorme ante la locura del Mesiánico país del Norte.
Para finales del 2013, la suerte de nuestro país está echada, las “Reformas Estructurales” garantiza el pago de la élite política mexicana al festín del medio oriente, sin empacho se asegura que la guerra es un escenario favorable para las finanzas de México –entiéndase por México como las familias que controlan el país a través de la partidocracia-, en tanto que la población se verá más empobrecida y orillada a voltear nuevamente a los EEUU como una opción para sortear su condición económica y de ahí a un paso para la maquinaria de muerte del vecino nefasto.
Los mil y un cuentos que la televisión (adormilera) que nos venden a través de las noticias, no tienen sentido, su lógica es la del fanatismo más vulgar, el fanatismo al becerro de oro, el fanatismo al dinero, sin evaluar otras condiciones sino su propio beneficio, al punto que Peña Nieto está ciego de soberbia ante lo evidente: Sus Contra-Reformas benefician a los intereses privados extranjeros, y condena aMéxico y a su pueblo a la condición de apátridas, en su propio territorio.
De la Primavera Árabe no ha quedado nada, la plaza Al-Tahrir en Egipto es un vago recuerdo de una carnicería humana que se ahogó en el fanatismo religioso de Occidente y Oriente, sin más gloria que la sinrazón de estos segmentos de la humanidad que desconfían plenamente uno del otro, en tanto que en México el aire de estos vientos, expresado en la coyuntura electoral de 2012 con el movimiento “Yo Soy 132”, ha sucumbido a las intenciones de la partidocracia, en su permanentemente lucha en el lindero del presupuesto electoral del país, sin más compromiso que las canonjías políticas.
Tanto en el terreno Internacional, como en el nacional y local, estamos en condiciones de salir de la noche y de los cuentos en México, pero es imprescindible una postura congruente que rebase a la partidocracia y sus coyunturas, que luche más allá de los límites de las imposturas de los personajes y motivaciones personales, en este lucha tienen mucho que decir la CNTE, las Policías Comunitarias y los Ejércitos Populares, que habrán de ser la caja de resonancias de la vida del pueblo de México ante la pérdida de espacios en las Universidades del país.  

martes, 20 de agosto de 2013

¡Olvidamos la Crisis de 1994!



La propuesta de Reforma Energética de Enrique Peña Nieto es insostenible por si misma, entrega un sector estratégico de la economía nacional al capital privado extranjero (y a sus cuates como en el caso de las privatizaciones de Salinas), empobreciendo aún más a los Méxicanos 


http://jsaxef.blogspot.mx/2013/08/reforma-energetica.html

martes, 13 de agosto de 2013

México: De la Universidad Fábrica y la Universidad Empresa a la Universidad Industria

Dr. Francisco Morales Zepeda

El modelo Educativo de la Universidad Autónoma de Sinaloa ha transitado por dos momentos a lo largo del siglo XX, en ellos ha predominado, por un lado, conflicto ideológico interno y por otro el interés de las políticas del centro (SEP) sobre la universidad.
Resumen: El modelo Educativo de la Universidad Autónoma de Sinaloa ha transitado por dos momentos a lo largo del siglo XX, en ellos ha predominado, por un lado, conflicto ideológico interno y por otro el interés de las políticas del centro (SEP) sobre la universidad.
Palabras Clave: Reforma Universitaria, Modelo Educativo, Participación, Psicopedagogía.
Introducción
Para compreder la imagen de “lucha” de los años 70´s habría que indagar el llamado proceso de rectificación de los grupos políticos que pululaban en la universidades y escuelas normales del país. Bajo el modelo de “bajar a los changos de los árboles”, el PRI en los 70`s otorgó en concesión a la izquierda intelectual del Partido Comunista Mexicano varias universidades, entre ellas la Autónoma de Guerrero, Puebla y por supuesto la de Sinaloa, con lo que se buscaba claramente disminuir el activismo en los procesos sociales, de ahí que la creación y la aprobación del Contrato Colectivo de la UAS haya tenido el respaldo y la tolerancia del gobierno del presidente Luís Echeverría y su gobernador Genaro Calderón, y fue el mismo caso en Guerrero y Puebla.
Algunas universidades del país se debatían en la disyuntiva de la lucha de clases, la revolución a la vuelta de la esquina, discurso heredado de la universidad fabrica, este fue el caso de Sinaloa, una universidad moldeada para la época que se vivía, producía activistas profesionales que apoyaban, fomentaban , conducían las protestas y las luchas sociales de la clase obrera, ferrocarrileros, campesinos solicitantes de tierra, sindicatos maestros del sindicato magisterial, protestas de médicos que hicieron época e historia, apoyados de manera directa por el PCM.
La Perdida del Proyecto
El proceso de rectificación de 1978 dio como resultado la modificación de universidad fabrica a universidad partido, fue en este momento cuando la universidad se organizaba y repartía a través de los partidos de izquierda, cuando se consolida el sindicato universitario y el Contrato Colectivo de Trabajo.
En retrospectiva, las reformas en la Universidad Autónoma de Sinaloa, históricamente, han sido fruto de movimientos estudiantiles, con participación activa de un claro segmento entre los maestros y trabajadores en general; coordinados y en franca solidaridad, de manera regular las transformaciones han sido exitosas.
Solo la fragmentación de estos movimientos auspiciados por la elite universitaria ha logrado detener algunos procesos, así tenemos que la suerte de los grupos que en los años 80´s se movían alrededor de los “becados”, y que  fueron sucumbiendo uno a uno en la delimitación geopolítica, previamente diseñada, del sistema asistencial y el bachillerato universitario, hasta mimetizarse con el resto de los universitarios.
El proyecto de universidad de la generación del 70's del siglo XX, hoy se ha desdibujado, se ha diluido, lo hizo después de la publicación de la célebre “Tesis de la Universidad Fábrica” escrita por los grupos ligados a la Liga Comunista 23 de Septiembre y la represión de la guerra sucia de los años 70's y 80's.
Es en los años 80’s, durante la rectoría de Audomar Aumada, donde se pierde la universidad, y se reduce el proyecto de universidad a los intereses de unos cuantos, a los que se les concesionaron las escuelas y facultades de la universidad, por un lapso de más de veinte años, con lo cual se enquistan grupos a los cuales poco o nada les interesaba el desarrollo académico y científico de la institución, su trabajo era manipular a los estudiantes (y si en ese momento serbia el “comunismo”, con el se manipulaba).
La Caída de la URSS, toma de sorpresa a los universitarios, en plena rectoría de la exliga 23 de septiembre (La corriente socialista tenía la rectoría con David Moreno Lizarraga), la impunidad se da en todos los sentidos, no hay espacio de la universidad en el que la persecución no sea el tono con el que se habla en este periodo de la institución, el sisma ideológico permito nuevamente todos los excesos.
El camino estaba sembrado para un giro en la universidad de un discurso ideológico a una puesta en escena basada en el academicismo más ramplón, la obra se perpetro con el apoyo de las fuerzas priistas y panistas de todos los estratos, encabezada por Ruben Rocha Moya, la universidad asumió para sí el discurso desnacionalizante del Salinismo y entrego a la universidad a los intereses particulares.
El academicismo
Fue tan recurrente la “elite” universitaria en su actuar en contra de los movimientos estudiantiles en la década de 1980, que al llegar a la década de los 90´s el proyecto de universidad erigido por la “izquierda en la UAS” había expirado, estaba vació de contenido, por lo que bastó un leve coqueteo del salinismo para que en masa los universitarios soltaran los discursos “decadentes” del socialismo real. Por esta razón, ante la resistencia de la joven generación, que emergió en ese momento, contra las políticas privatizadoras neoliberales en la UAS, se sembró un silencio sospechoso.
Quienes asumieron “la renovación del discurso académico” en la universidad, en 1993, encabezado por Rubén Rocha Moya, al vaciar ellos mismos el modelo de universidad partido, consideraron que el decálogo de la solidaridad neoliberal de salinas sería para siempre, que el rumbo que ciñeron los apologistas de la postmodernidad, la sociedad postindustrial, la tercera ola, y la sociedad de la información (Alvin Toffler 1980, Daniel Bell 1986, Manuel Castells 1988; entre otros) les permitiría simular la transformación académica de la vieja casa rosalina. Se equivocaron.
Sin embargo, la generación de los 70’s no ha aprendido que el desarrollo académico no se maquilla con unos puntos del SNI, ni con reconocimientos o certificaciones, el desarrollo, es producto de un vasto proceso de construcción de un potencial creativo; pero la creatividad sólo existe en aquellos lugares en los que se ha permitido pensar a las jóvenes generaciones, en dónde la libertad es el activo más preciado. Pero si en un punto hemos fallado, como comunidad universitaria, es en desembarazarnos de los totalitarismos de derecha e izquierda y en la continúa terquedad de apostar por la simulación de los procesos.
El proceso de transmutación de la universidad partido a la universidad empresa y al revés, no ha resultado lo eficiente que esperaban ni la “elite” universitaria, ni los grupos empresariales que al amparo del presupuesto universitario han amasado grandes fortunas; la universidad continua en caída libre.
Ante esta debacle de la universidad partido, y para que el cambio sea una “éxito”, la generación de 1970 se encuentra ante una encrucijada o renuncia a uno los logros del pacto con Echeverría (El Contrato Colectivo de Trabajo) o se arriesga a enfrentar una revuelta universitaria sin el apoyo del estado, lo que la llevaría a perder el control sobre el presupuesto universitario y con ello el control político de la universidad.
La Rectoría de Guevara Reinaga, consistió en ahondar en el camino hacia el retiro del voto estudiantil, y la cancelación democrática de la universidad para ponerla a tono con los intereses del panismo en turno, aspecto que daba sentido a una estética empresarial que limitaba a la universidad a hablar de procesos de acreditación y gestión administrativa basada en los “apellidos” universitarios.
El periodo de Gomer Monarrez, fue uno de los más oscuros para la universidad, en él se asumió un discurso del lumpenaje y el porrismo descarnado en el que el tráfico de influencias y el clientelismo que presentó sin el menor de los empachos, es en este periodo donde se dan las primeras actas administrativas, con sentido político, contra los trabajadores se generalizaron en la universidad.
El movimiento estudiantil de 1994 a 2000, fue ahogado por los intereses de los grupos de poder, el CEU/FEUS (organización estudiantil que reformó el artículo 23 de la Ley de tránsito y transporte), logró liberar a los estudiantes de esta demanda economicista, pero no alcanzo a consolidar la organización de la juventud universitaria, aspecto fundamental para enfrentar el procesos de aniquilación de la universidad popular que se presentó en la década del 2000 con la reforma a la ley orgánica de 2006.
Los derechos laborales
Al mismo tiempo, El Contrato Colectivo de Trabajo de la UAS, creado en el contexto político y social de los 70´s se encuentra hoy con las contradicciones de un momento histórico distinto, en el que la “elite” universitaria, en decadencia, no atina a ponerse a acuerdo y la joven generación no emerge.
La encrucijada actual en la UAS es artificial, porque es el producto de la decadencia de la generación del 70, no es un problema de la institución, es una anomalía fruto de la falta de un cambio generacional profundo y real en el devenir histórico de la vieja casona Rosalina.
Bajo el modelo de universidad empresa se implementó el modelo de acreditaciones en las escuelas y se eficiente el proceso de administración de la Universidad, bajo una óptica de mano de hierro con la que se permitió, con la complicidad del gobierno de Aguilar Padilla, que se corriera a más de 150 trabajadores de la universidad, los mismos que han llevado por más de una década juicios para defender su fuente de trabajo, sin que hasta ahora la Junta de Conciliación, en manos del gobernador del estado, les haga justicia en sus casos.
El sindicato de trabajadores de la UAS, en ambas secciones ha vivido una purga de ideas criticas, en ellos se ha instaurado los intereses de la administración y el profundo rencor hacia los trabajadores de la universidad, que llevaron, en los momentos de las viejas glorias, a poner de rodillas a un estado represor y abusivo como el sinaloense, controlado por los interesas empresariales y clericales más retrogradas del país.
Los derechos de los trabajadores se ven avasallados no sólo por la reforma leonina de Enrique Peña Nieto y el Pacto por México (PRIPANPRD), sino por los apetitos personales internos desmedidos y una indefensión social generalizada de los Mexicanos en manos de la violencia, que da paso a la impunidad más atroz, la elite administrativa-empresarial de la UAS se ha montado en el discurso y ha cancelado todo proceso de renovación en la institución, consolidando así una grupo de ricos a costillas de la institución, repitiendo el modelo de los empresarios exitosos que viven del erario público en el estado de Sinaloa y en el país..
La Universidad Empresa
La prueba más contundente de que la generación del 70 ha caducado, lo fue la  rectoría de Héctor Melesio Cuén Ojeda (2005-2009), quien impulsó en su interior una visión empresarial basada en los designios de la OCDE, retirando el voto a los estudiantes  y aumentando las colegiaturas de la institución, aprobadas en el periodo de David Moreno Lizarraga.
En esta dualidad, Universidad Empresa-Universidad Partido en el que ha caído la universidad desde el proceso electoral de 2012, ha llevado a la institución a un año con enormes contradicciones internas, pero que todas se circunscriben dentro de un modelo de universidad dictado desde el centro por la Secretaría de Educación Pública, sin que los grupos al interior de la universidad cuenten con el proyecto propio de universidad, aspecto que da al traste con cualquier posibilidad de que la institución salga del marasmo en el que se encuentra.
La universidad no cuenta hasta el momento con un modelo educativo propio, ha transitado por una reforma política y académica que la condeno al un modelo psicopedagógico basado en las competencias, pero que en los hechos no pasa de un discurso que no se queda en los papeles de la acreditación sin trascender en la actitud y proceder de los universitarios, como en su momento lo fue el modelo constructivista, un discurso para repetir.
La rectoría de Víctor Antonio Corrales Burgueño ha sido una rectoría de transición, que si bien ha contado con logros importantes en infraestructura e indicadores académicos, es una rectoría que se ha ocupado de mantener la administración de un modelo, sin proponer un cambio trascendente para la universidad y en la que el proceso de administración de la impunidad con la que se transito a la universidad empresa sigue intacto.
En los últimos meses se ha hecho la propuesta de reelección del rector, aspecto que es retardatario de los procesos democráticos al interior de la institución, y limita con ello de las posibilidades de desarrollo de la misma en términos académicos y científicos, toda vez que el pensamiento crítico se ve acotado por los intereses y apetitos personales, de grupos retardatarios anclados en intereses económicos concretos.
Hay que decir, que los grupos que vivieron el marasmo de la reforma a la ley orgánica de la UAS en 2006 no son una opción reformadora y mucho menos científica en la institución, su postura es siguir insistiendo en las glorias del pasado (principalmente de los años 70’s), cuando ellos pactaron con Echeverría la entrega de la universidad, sin reconocer los movimientos estudiantiles de los años 80’s y 90’s, este es su principal error.
Su actitud de asumirse como la solución, es su intención de mantener a la universidad en manos de una élite retardataria de los procesos sociales lo que ha impedido que la juventud se enfrente de manera decidida a un proceso de transformación de la realidad que acontece al interior y fuera de la universidad, aspecto que impide que se trastoque el modelo productivo de Sinaloa, así la universidad juega un papel de muro de contención de los procesos productivo en el estado.
La generación del 70’s ha aniquilado a la universidad de las ideas, sus posturas y debates “epistemológicos” están situados en la repetición y aclimatación de los conceptos, un proceder propio de una generación positivista acostumbrada a la simulación. Desmotar estos discursos de la universidad pasa por reconocer que se han presentado como vanguardia cuando históricamente han representado un retroceso.
La carencia de una planta industrial fuerte en el estado de Sinaloa, no tiene que ver solamente con la falta de inversiones en el sector industrial, además, y de una manera más tangible con los procesos socioculturales atrasados que aún se mueven en el terreno de la simulación y que mantienen un modelo preinsdustrial en el estado a partir de la inoperancia de los profesionistas, que no cuentan con las condiciones mínimas para salir de un ciclo constante de repetición en las aulas de los refritos de tales y cuales autores, que a su vez representan a las “elites” académicas propia de una estructura vertical ideológica montada en las universidades.
El periodo de la Universidad Empresa era necesario en la Universidad, pero mantenerse en este punto es incorrecto, toda vez que se hace necesario transitar hacia una nueva universidad, en la que los grupos anclados en el pasado, den paso a una universidad de nuevo cuño, en la que la se propicie el tejido industrial, y el desarrollo del sector secundario se presente como una necesidad imperante. Es importante hacer este cálculo hacia un nuevo modelo que reconozca la variable territorial en el desarrollo, valorando los costos económicos, sociales, políticos y culturales que para Sinaloa tiene mantener a grupos satelitales en la educación que no reconocen nuevas perspectivas en laeducación.
La Universidad del Siglo XXI: La Universidad Industria
Las contradicciones que se presentan en el siglo XXI con el desarrollo de los procesos industriales aún basados en la explotación de la energía de fósiles de carbón, demanda de un nuevo modelo industrial para la humanidad, en el que la responsabilidad ambiental y social se presenta como un reto impostergable.
Es en este panorama que renace la Universidad Industria, como una etapa de futuro en la institución en el que el pensamiento es aplicado para el desarrollo de la ciencia en la vida cotidiana de Sinaloa.
La Universidad ha vivido un camino plagado de intereses por homogenizar a la institución bajo los dictados de la SEP, pero sobre todo como un estrategia de sobrevivencia de su “elite” administrativa, lo que ha dado paso a los más profundos abusos y a la contratación continua de personal que poco o nada aporta a la vida académica de la institución.
El desarrollo regional de Sinaloa, se puede dar con un proyecto de universidad que impulse la construcción y el desarrollo de un parque industrial en el que se vincule a la institución con los procesos industriales, no empresariales, sino a través de la explotación de nuevos escenarios productivos.
Transitar del Clouster y las ventajas competitivas de Porter (2000) hacia las Redes Institucionales, es posible sólo cuando las innovaciones no se simulan y existe realmente la intención de avanzar hacia una interacción entre la universidad, la industria y las instituciones gubernamentales y sociales, que propicie nuevos emprésitos en un espacio que se vincule con el territorio.
La Universidad Autónoma de Sinaloa, tiene las condiciones para ser un detonante del desarrollo en el estado y ser al mismo tiempo un punto de encadenamiento de nuevos proyectos en los cuales se presente un entorno que propicie el tejido industrial de Sinaloa. Se hace necesario para ello que la universidad rompa con una estética empresarial, en la que se ha estancado a la institución y a Sinaloa, lo que ha llevado a las distintas regiones económicas del estado un continuo empobrecimiento y simulación del desarrollo.
La esperanza
La enorme necesidad, el desempleo generalizado y la caída del modelo de simulación en la vieja casona rosalina es la única posibilidad que tiene la juventud universitaria para despertar de su letargo, se encuentra a la puerta la real oportunidad de demandar un proyecto propio para la universidad, desdibujado hoy por las propuesta oficiales, que desde la administración de la institución insisten en construir una élite impenetrable de burocracia-dueña-administrador de los destino de la universidad.
En los procesos productivos, el modelo agrícola-turistico-minero de Sinaloa se encuentra en un punto de agotamiento, en el que se hace necesaria la aplicación del conocimiento para el desarrollo de nuevas fuerzas productivas, de ahí la necesidad imperante de uno nueva universidad, con un modelo educativo distinto, en el que se desaten las fuerzas productivas del estado, ahora encadenadas a una plataforma productiva del sector primario y terciario que hacen imposible su desarrollo.
Detonar el modelo de Universidad Industria es imperante para el proceso de proletarización de los sinaloenses, en el que el sector productivo se vea renovado también por nuevas fuerzas sociales que superen a una “elite” productiva basada en la idea de la “aristocracia” de los apellidos, que poco o nada aportan al desarrollo del estado.
Es sencillo darse cuenta de los procesos retardatarios en la sociedad sinaloense, una provincia alejada no sólo de la realidad sino, además en la que se reproducen actitudes y actuaciones propias del feudalismo terrateniente en el que la empresa aún está atada a los designios familiares paternales, sin trascender a modelos gerenciales industriales.
En el seno de la universidad gravitan hoy dos generaciones, una con la inercia del discurso transmutado de la universidad fabrica a la universidad empresa, y otra, latente, que se encuentra en una disyuntiva real o espera la jubilación efectiva de aquellos que formaron la universidad actual o asalta por derecho los espacios de un proceso académico efectivo en la universidad y desarrollar el modelo de Universidad Industria con el cual se active el desarrollo de Sinaloa y del noroeste de México. El tiempo dirá.
Bibliografia
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