martes, 17 de julio de 2007

El Sector Hortofrutícola de Sinaloa


Los procesos de incorporación de nuevas tecnologías en el sector hortofrutícola en Sinaloa están relacionados en su devenir histórico, por lo que es factible seguir las “huellas” que estos han dejado en la organización de los procesos productivos y administrativos, para poder dar cuenta así, del impacto de la ciencia y la tecnología en este sector de la agricultura sinaloense.


Los datos de campo nos indican que el desarrollo cultural e institucional del sector hortofrutícola en Sinaloa ante las nuevas técnicas de cultivo y las nuevas tecnologías de producción en la agricultura transforman la distribución espacial de los cultivos, generando con ello un nuevo paisaje rural, lo que modifica al mismo tiempo las pautas de conducta de la población rural, que al ser desplazada en su mayoría de las tierras de cultivo ante la imposibilidad de obtener rendimientos suficientes para competir en el mercado mundial, optan por emigrar del campo o dedicarse de tiempo parcial a la producción.

“La reestructuración en la agricultura ha conducido a una modernización de las empresas y a la incorporación de cambios tecnológicos importantes. No obstante, la competencia por parte de los propios países desarrollados en la producción de cultivos no tradicionales, la vulnerabilidad de los mercados, la rapidez con la que se vuelven obsoletos o se masifican ciertos productos, las grandes fluctuaciones de los precios, la dependencia tecnológica y el monopolio en la comercialización y distribución por parte de las transnacionales, reducen las posibilidades de competir y de hacer rentable la incorporación de tecnologías, demasiado costosas o mal adaptadas a las condiciones tecnológicas de los países subdesarrollados. Así, encontramos que en México las empresas no basan su competitividad internacional en el uso de tecnologías caras y sofisticadas”. (Lara, 2000)

Lo que expone Maria Lara Flores (2000), es una realidad en el campo Mexicano, pero no lo es para todos los sectores de la agricultura, como lo demuestra el crecimiento de las exportaciones en el sector hortofrutícola en el campo Sinaloense, crecimiento apoyado en la concentración de la tierra y en la incorporación de nuevas tecnologías, lo que mantiene el rendimiento de la producción y con ello el aumento en las exportaciones.

El sector hortofrutícola representa en el estado de Sinaloa una de las principales actividades económicas, y en especifico el subsector hortícola en los últimos diez años ha tenido un gran dinamismo con un incremento constante en el volumen de las exportaciones a los EEUU, manteniendo -en el caso del Valle de Culiacán- la superficie de cultivo, lo que facilita la incorporación de adelantos científicos y tecnológicos en el sector.

Gran parte de los adelantos científicos en el sector hortofrutícola tienen que ver con la modificación genética y la incorporación de nuevas variedades en la producción, para que esto sea posible se han modificado las formas de organización del sector con el fin transferir y desarrollar conocimiento e innovación de forma permanente.

La biotecnología, específicamente la genética, se incorpora de manera acelerada en el sector hortofrutícola Sinaloense a partir de la modificación de variedades de frutas y hortalizas no únicamente más resistentes a plagas o cambios climáticos, también variedades que se orientan a nichos de mercado específicos, tomates con menor tiempo de cocción, o mayor firmeza, pepinillos con mayor sabor, pimientos con mayor aroma.

Las transformaciones en el sector hortofrutícola al incorporarse la biotecnología se expresan no solamente en las nuevas variedades de frutas y hortalizas, también, y de forma más sutil en la organización del propio sector hortofrutícola. En la gestión de la tecnología, en el tratamiento de las nuevas variedades en el laboratorio y en la organización de la producción, aspectos de la cadena productiva donde el estudio de las necesidades del mercado actúa como guía de la producción hortofrutícola en el campo.

La producción tiende cada vez más a conformarse en redes institucionales, donde la vinculación entre Centros de I+D, Universidad, agroindustria y gobierno es fundamental para el desarrollo de la nueva tecnología, con un mayor valor agregado en el mercado mundial. ¿Cómo se forman estas redes? ¿Por qué surgen en un ámbito territorial y en otro no? Son grandes interrogantes que aún están por responder.
La biotecnología es parte fundamental de la tercera revolución científico-tecnológica (Storper, 1998; Allen J. Scott, 2000), que incluye a los superconductores y la electrónica, llegando a la nanotecnología. Una revolución comienza a gestarse a partir de la segunda mitad de los años 70’s y que se expande en la siguiente década, llevando a algunos sociólogos a afirmar, ante esta revolución, -en la que las comunicaciones son punteras, que nos encontramos frente a una nueva estructura social, para algunos posindustrial (Daniel Bell, 1986) y para otros, - recuperando el concepto de la arquitectura -, la denominan como posmoderna (Habermass, 2002), época que se caracteriza por una estructura social basada en la información y la flexibilización de la producción, donde la comunicación juega un papel destacado en la acumulación del capital.

Los estudios sociológicos de las décadas del 80 y el 90 del siglo pasado, se han concentrado en esfuerzos de interpretación del impacto de la tercera revolución industrial en las pautas de conducta de las sociedades urbanizadas, y en la organización de la llamada Industria de Alta tecnología, porque los primeros desarrollos de la electrónica se presentaron en las comunicaciones y en los equipos de información (Radio, televisión, computadoras), acelerando y ampliando la capacidad de manejo de información en una sociedad altamente concentrada en las zonas urbanas.
La aplicación de la biotecnología en la agricultura se presenta con el desarrollo de nuevas variedades de Maíz, Arroz, Papas, que son las primeras plantas modificadas con manipulación de la información genética de sus células, incorporándose posteriormente a la aplicación de la biotecnología en el estudio en el mapa genético humano y en la clonación de tejido animal y humano, la biotecnología destaca el papel que los genes tienen en la definición celular que caracteriza a los organismo vivos.

La aplicación de la biotecnología vegetal a la agricultura modifica lo que comemos, al tiempo que cambia la forma en que se organiza el trabajo en el campo, de ahí que se requiera de nuevas categorías para intervenir en el análisis de lo rural, categorías completamente distintas a los estudios de las zonas urbanas, categorías conceptuales que comiencen por cuestionar la visión de atraso con el que se etiquetó al espacio rural.

El papel que esta jugando la biotecnología en la modificación de la geografía rural se expresa a partir de que la incorporación de este cambio tecnológico requiere de promover la interacción más estrecha entre los centros de I+D, los productores, las Universidades y los órganos de gobierno, interacción que genera redes institucionales, para las cuales se requiere de un conocimiento especializado del sector agrícola.

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