México: ¿La Rebelión de los Profesionistas en
el Siglo XXI? (Escrito en 2011)
Dr. Francisco Morales Zepeda
En las primeras semanas del 2011, tanto en Tunez como en Egitpo la
rebelión de las masas comenzó con la inmolación de profesionistas que ante la
desesperación de la sobrevivencia diaria vieron como la corrupción les impedía
dedicarse a un trabajo digno. ¿Estamos ante un cansancio de los profesionales
ante la imposibilidad de encontrar fuentes de empleo que le permitan garantizar
su vida de una manera digna?
En el caso de nuestro país, Durante años se ha considerado a los
mexicanos depresivos, sin un carácter de arrojo frente a los poderes facticos,
así se nos ha educado por lo menos desde los años 80’s, porque las
consecuencias de la educación nacionalista ya se vivieron en los 60’s y 70’s,
ahora con una educación meritocratica, las elites de poder confían en la
gestión educativa para el control de las masas de profesionistas, pero la
realidad esta rebasando las expectativas de control.
Las grandes promesas de los políticos en México se centran en la
demanda de trabajo para los profesionistas, sin embargo esto ha quedado como un
slogan de campaña, y al llegar al poder se ha olvidado, aspecto que está
llevando a la juventud a niveles de desesperación en los que es cada vez más
común encontrar la ruptura con el sistema legal.
Lo que está pasando en los hechos es el vació de poder en todos
los niveles, simplemente no existe una coordinación entre los planteamientos
políticos y el modelo de país, por una simple razón, la elite política rapaz es
antinacionalista, está organizada como grupos delincuenciales para el asalto al
erario público.
Ante la situación que vive el país, ¿Es posible la rebelión de los
profesionistas en México? Los profesionistas formados en esta apatía
intelectual han visto como los elementos superlativos: excelencia, calidad,
meritocracia, grados y posgrados, certificaciones y acreditaciones no les garantizan
de ninguna manera la posibilidad de acceder al sistema laboral en condiciones
medianamente estables, condiciones que mínimamente les permita sobrevivir de
manera digna y formar una familia.
Lo que estamos viendo en los procesos electorales estatales
previos al 2012, es como los grupos de poder se reparten los puestos en todo
momento y como se presenta un reproducción de los grupos políticos por la vía
de las negociaciones internas, este “reciclaje” de políticos se da
en todos los niveles, pero es quizá el más grotesco en el sistema
educativo (El caso de Sinaloa es paradigmático en este sentido), donde se
lleva consigo la manipulación de los grupos de poder y la puesta en escena de
los liderazgos educativos los coloca a un nivel de títeres sin una
convicción real por la transformación del estado de cosas que se padecen.
El hartazgo que se vive en las familias cuyos hijos han logrado
acceder a títulos universitarios, o simplemente cuentan con un mediano nivel de
escolaridad, se hace palpable en los encabezados de la prensa con respecto a
los índices de desempleo abierto, que de una manera más recurrente se presenta
en los periódicos nacionales y locales, ya no se puede tapar el sol con un
dedo.
La llamada “Guerra Contra el Narcotrafico” no es sino una forma de
intimidación de la sociedad que día a día reclama las condiciones paupérrimas
de vida, y para la cual no hay una respuesta por parte de la elite de poder,
cuyo vacío ideológico se hace palpable, cada palabra cuenta, cada gesto es
medido por los sensores del poder, no es posible salirse del guión
preestablecido: la estabilidad macroeconómica, es ella la que se ha apoderado
de la imaginación de los políticos mexicanos y sobre ella se ciñen sus
esperanzas de sobrevivencia política en el sistema.
Es tanta la desgracia de los profesionistas en México, condenados
por un sistema político que no tiene proyecto nacional, un sistema económico
que no los reconoce como parte de su engranaje productivo y quienes en los
hechos no son esperados por el mercado laboral.
Los políticos mexicanos solo voltean a ver los indicadores
macroeconómicos, no les interesa el presente, ni el futuro de la juventud
profesionista. Es ante esta situación, cuestión de tiempo antes de que veamos
estallar una protesta social de gran magnitud, basada en la desesperanza de los
profesionistas en México.