viernes, 15 de octubre de 2010

PROMETEO




Dr. Francisco Morales Zepeda

¿Cuál es la cobertura de las escuelas? ¿Hasta qué punto estamos preparados para la tendencia demográfica de disminución del número de alumnos en educación básica en el 2015, y con ello el cambio en la composición demográfica de la población mexicana?

A partir del 2015 con el declive del “bono generacional”, nos enfrentaremos a la necesidad de compactar horarios y veremos la necesidad de implementar un conjunto de medidas que permitan contar la infraestructura adecuada para atender el nivel medio y superior, tanto en la zona rural como urbana.

Prepararnos para ese momento, pasa por un ejercicio de prospectiva, en el que la determinación política de la acción gubernamental permita que se establezcan programas de planeación que orienten la necesidad social hacia un sentido que garantice la consolidación de fuerzas económicas endógenas, y con ello la garantía de progreso para las comunidades.

La escuela no tiene sólo la responsabilidad de la ordenación de los contenidos escolares y la repetición de los alumnos de estos mismos contenidos, además de tener esta labor, loable, la escuela tiene el papel de educar, por encima de los contenidos escolares y para hacerlo debe salir de los límites del terreno escolar, se requiere que la escuela recupere el papel organizador de la comunidad, papel que represento en los años 30’s del siglo pasado con el modelo de “Escuela Rural Mexicana”.

Para lograrlo, es importante preguntarnos ¿cuál es el papel de la escuela en la construcción de regiones sociales productivas?, ¿Cuál es la responsabilidad de la escuela en el desarrollo cognitivo de los alumnos? Aspectos que permiten que la escuela en sea el centro de la actividad educativa en el contexto de organización de la realidad social de la comunidad.

La SEP y la SEPyC, son dos instituciones que junto con las universidades y pueden enfocar la acción gubernamental hacia las regiones que requieren del apoyo para salir de la marginación y el atraso, aspecto que es prioritario para a lograr que se reactive la economía del estado de Sinaloa a partir de encontrar nuevos territorios económicos que ingresen a la estructura institucional de los mercados económicos internos y externo.

Tanto la SEP, como SEPyC y las universidades cuentan con programas operativos que atienden de distinta manera territorios emergentes en el estado de Sinaloa, varios son los municipios en los que se ha implementado el programa de “Rutas Turisticas”, “Programas de manejos de UMAS” en Zonas Naturales Protegidas”, “Programas de Mejoramiento de la Infraestructura Carretera”, “Programas de Mejoramiento de la Infraestructura Escolar”, algunos de estos programas son de orden estatal y otros federal, pero en todos los caso van enfocados a las zonas marginadas como paliativos de una acción conjunta disgregada, unificarlas es fundamental.

Uno de los programas nacionales que puede conjugar los esfuerzos es CONAFE, programa que impulsa el mejoramiento de la infraestructura educativa y la preparación de los docentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Para ello, dos aspectos son centrales en la cobertura y en la aplicación de las acciones de CONAFE: por una parte la regulación del programa de “Escuelas de Calidad” a partir de una evaluación real y abierta de sus logros y por otra parte la acción de esta institución en la construcción de infraestructura educativa en las zonas periurbana de las ciudades principales de Sinaloa y en aquellos poblados que son susceptibles de construir una red de ciudades con las que sea posible establecer fuerzas territorial en el desarrollo urbano y rural de Sinaloa.

CONAFE, deberá ser pensado en una vinculación directa con otras dependencias gubernamentales y con organismos de la sociedad civil a partir del establecimiento de redes institucionales con las que se coordine un programa que atienda el desarrollo del capital cultural de los entornos geográficos en los que se enclavan las instituciones educativas, para lograrlo es necesario que se establezca una planeación territorial de la educación, incrementando el uso del sistema “geosep” hasta convertirlo en la base de la planeación territorial de la acción educativa.

Identificar las zonas marginadas del estado de Sinaloa y coordinar la agenda política del gobierno del estado con las acciones sociales de las escuelas en estos contextos territoriales es fundamental para restablecer el papel organizador de la escuela en la comunidad.

La acción coordinada entre el gobierno y la sociedad tiene que hablar de una Red Institucional anclada en la actividad permanente de la población a través de un Programa formativo y productivo que denominamos “Programa Mexicano de Trabajo Educativo Organizado” (PROMETEO), el cual busca que la cultura, la acción educativa, la salud, la preparación en niveles técnicos en las comunidades y el crédito en las zonas que concentran la marginación social sean objeto de la acción gubernamental a través de políticas públicas coherentes que se orienten a la construcción de gobernancia en las redes sociales de las colonias, los pueblos y las comunidades.

PROMETEO, no puede ser pensado como una acción sectorial del gobierno, sino como un impulso transversal en el territorio a partir de conjugar la acción de dependencias como SEDESOL, SAGARPA, SEPyC, los Gobiernos municipales y las Asociaciones Civiles.

Pensar así la acción gubernamental, es considerar que es posible que con la coordinación de los esfuerzos sociales se presente una transformación de aquellos aspectos que vulneran la institucionalidad del territorio sinaloense e impiden que se establezca un contexto formativo permanente en la sociedad. Sabemos que la escuela por sí misma no es un factor, ni garantía de cambio social, pero si es un ente que dinamiza a la sociedad a partir de que se le apoye para ir más allá de programas que maquillan desde el “Desarrollo Humano Terapéutico”, las grandes discrepancias sociales que padece la sociedad sinaloense, PROMETEO no es un programa para el autoengaño, es un programa de Política Pública Territorial, con objetivos y metas concretos, que colocan a la comunidad y su esfuerzo por mejorar en los indicadores de Desarrollo Humano Económico, Políticos, Social y Cultural.