domingo, 26 de septiembre de 2010

El trabajo y la educación para la Juventud Estrategia política

ESFUERZO CIVIL A. C.

Francisco Morales Zepeda (2001-2010)

“La juventud Sinaloense que es el más bello

espectáculo de sinceridad”

Enrique Félix Castro

Introducción

Los consensos son una condición indispensable para la construcción de la democracia y la igualdad de derechos para la sociedad y la juventud sinaloense y mexicana, llegar a ellos nos obliga a todos los actores sociales a proponer ideas que nos permitan avanzar en puntos de encuentro; partiendo de esta premisa ponemos a disposición de la sociedad una propuesta de solución a los problemas que angustian el alma del hombre y la mujer joven del siglo XXI: Educación y Trabajo.

Es el consenso, el que pocas veces se logra tras una campaña electoral, ya que en ella se debe buscar legitimar los puntos de vista y no compartirlos, presentarlos de tal forma que sea difícil rebatirlos en un primer momento: manejando temas generales, sin detenerse mucho a ver la propuesta del otro, a través de lo que podemos llamar una etapa de "los slogans", pero en un momento de confrontación de las ideas debemos tener en claro que nuestro objetivo es convencer no tanto a nuestro interlocutor del partido político contendiente, sino la sociedad en su conjunto, todo el tiempo es así. Y una una vez posicionada la imagen, y haber desarrollado una campaña de medios con una consigna general, es posible realiza la labor de convencimiento cara a cara de la ciudadanía.

Las campañas en los medios, tiene un enorme desprestigio, fruto de la disparidad con que presentan las propuestas de la sociedad y como presentan el gasto político de los partidos, carece de mucha legitimidad, si bien puede funcionar con una estrategia lineal de propaganda en donde solo se utilice el eslogan y la foto de candidato, para posicionar, pero en un momento de ideas, pero en general es ineficaz, por lo que es necesario combinarse con otras acciones de campaña, porque por si solos los medios radio, televisión y prensa con mensajes lineales, satura al auditorio. Es importantes por ello no sólo el slogan de campaña, hay que promover y saber aplicar la consigna en pequeños lapsos, lo que genera ideas de movilización para un momento futuro.

Marco teórico

La realización de nuestro propuesta esta apoyada en la teoría sociocultural de Lev. Vygotski, porque su teoría nos permite establecer un marco explicativo para los procesos de dialogo conceptual, soporte semiótico en el que interactua la sociedad, influyendo en los procesos de concepción de la realidad por una actividad guiada, concediendo al lenguaje un papel central.

Esta última característica de la teoría sociocultural del Lev. S, Vygotski; tiene gran importancia para el desarrollo de la pedagogía ya que aporta un marco conceptual que trasciende los limites de la psicología hasta llegar a constituir lo que conocemos como paradigma, entendido como una manera definida de abordar los problemas a investigar, según Thomas Kuhn (1986).

VYOTSKI: LA TEORÍA SOCIOCULTURAL

El principal interés de las ideas de Lev. S. Vygotski radicaba en el estudio de los aspectos humanos en la conducta, por lo cual ofreció hipótesis acerca del modo en que esos rasgos se han ido modificando durante el transcurso de la historia humana y el modo de cómo se desarrollan a lo largo de la vida de un individuo.

Su análisis para el estudio del comportamiento del hombre en los aspectos evolutivo, histórico y ontogenético, estaba interesado principalmente en tres cuestiones que para la teoría Vygotskiana eran fundamentales, ya que los estudiosos de la psicología animal y humana de su época no le habían dado demasiada importancia a estas cuestiones que para la teoría vygotskiana son las siguiente:

1.-¿Cuál es la relación entre los seres humanos y su entorno físico y social?

2.-¿Cuáles fueron las nuevas formas de actividades responsables del establecimiento del trabajo como medio fundamental para relacionar a los seres humanos con la naturaleza y cuáles son las consecuencias psicológicas de dichas formas de actividad?

3.-¿Cuál es la naturaleza de la relación entre el uso de herramienta y el desarrollo del lenguaje? (Vygotski, 1979, Pag.39).

Como operar las inquietudes socialesMetodología

Para poner en marcha las inquietudes sociales, partiremos de la premisa que estamos enfrentando un escenario publicitario tradicional, en donde los eslogan, lejos de promover la participación de la sociedad la mantiene como espectadora del proceso y ello genera mayores costos en la penetración de la publicidad al tiempo que una ineficacia mayor por parte de la misma.

Bajo este argumento proponemos:

1.- La convocatoria a un conjunto de reuniones con el Lic Mario López Valdez en espacios públicos con la juventud, no para realizar mítines, sino para platicar con la gente de manera coloquial y no burdamente fingida, platicar de la realidad que el mira Sinaloa y como transformarlo en un espacio de convivencia social, como un representante de una administración que se ha preocupado por el ciudadano, esto se puede combinar con pintas en bardas, esto en una primera etapa.

2.- Realizar una campaña no con slogan sino con consignas, es decir, con ideas fuerza que salgan del plan de trabajo de Mario López Valdez y para pegarse en función de que la sociedad pueda tener contacto con sus propuestas, estas consignas deben partir de su programa de gobierno y deben manejarse en una segunda etapa en la ultima semana de campaña. Estas calcomanías serán repartidas en los cruceros y en trabajo hormiga casa por casa, donde los promotores platiquen con la gente y comenten características a favor de la participación, poniendo en énfasis el convencimiento por la democracia.

Dos inquietudes presentes en la juventud y la sociedad: Educación y Trabajo

Quisiera llamar la atención en mi intervención sobre dos puntos de importancia para la juventud: El trabajo y la educación, entiendo que estos dos puntos representan solo una parte de las inquietudes que se tienen, pero al mismo tiempo, estos dos aspectos son los que nos permiten definir el futuro inmediato de nuestro rol en la sociedad.

El trabajo, permítanme detenerme en este punto un momento, para describir, no desde un punto de vista de la frialdad de las estadísticas la forma en la cual muchos de los jóvenes no estamos relacionando con el mercado laboral actualmente, y no parto de las estadísticas por que se que arrojaran un panorama mucho más oscuro que mi descripción.

La juventud se relaciona con el trabajo en Sinaloa bajo la premisa de la inseguridad laboral, su relación no se encuentra regida en muchos de los casos por un contrato de trabajo, y con ello se tienen múltiples problemas para asegurar la afiliación al seguro social, o la posibilidad de acceder a un crédito que nos permita sentar las bases de nuestro rol en la sociedad como padres de familia.

Por supuesto, este es un panorama que se ve lejano, relativamente, para quienes cursan un nivel preparatoria, pero lo cierto es que para la juventud egresada de profesional, esta es un realidad ya existente, el mercado laboral en el sector terciario esta generando en nuestro estado, es un empleo temporal, que no le asegura una remuneración acorde con las necesidades que le demanda esta misma realidad.

Esta contradicción fruto de un modelo económico que rebasa nuestra perspectiva local, pero que al mimo tiempo nos reclama respuestas locales para salir al paso a una forma de empleo que basa gran parte de la ganancia de estas empresas en los bajos salarios y la inseguridad en el empleo de la juventud.

Claro, esto tiene una explicación más profunda que no debemos soslayar para nuestro énfasis en la problemática del trabajo para la juventud y es que, sí existen las leyes necesarias que permitan salvar esta contradicción entre empleo y salario para la juventud, pero el hecho es que la aplicación de la ley en materia de derechos no es algo de lo cual pueda presumir el sistema democrático mexicano.

La forma en la cual se ha conformado el mercado laboral en el estado nos permite afirmar que es necesario acercar a la juventud con la preocupación de la conformación de un mercado local, pasar de ser mano de obra a dueños del capital, pero ello solo será posible en la medida que logremos incentivar la inversión de la juventud en proyectos que vayan más allá de la sociedad de consumo.

Esta propuesta debe de sustentarse en las oportunidades que el mismo sector institucional sea capaz de atraer a partir del análisis de las capacidades de desarrollo que la misma región proporciona, pero en especial los proyectos e ideas que emanen de encuentros como el planteado en esta ocasión.

Esto necesariamente generara un enriquecimiento de los esfuerzos individuales traducidos en una compactación de comisiones encaminadas a la investigación y propuestas viables de acción a corto y mediano plazo. En este ámbito el instituto sinaloense de la juventud debe de ser participes de las inquietudes de la propia juventud y la sociedad en su conjunto para abanderar a esta misma en el congreso y hacer oír las necesidades de la juventud en un a nueva conformación social a partir de la base institucional.

La educación, este es un punto de suma importancia para la juventud y quiero hablar de ello con sumo énfasis, no solo me estoy refiriendo al sistema educativo, me refiero en primer lugar a la educación que brinda la institución que nos ha convocado ha esta lugar, el Instituto Sinaloense de la Juventud, es aquí en donde nosotros consideramos necesario sea modificada la estructura administrativa del instituto para que contemos realmente como juventud en el estado de Sinaloa a partir de una institución en donde el órgano de representación de la misma esta constituida por un consejo de organizaciones juveniles y una dirección general elegida de una terna propuesta al Honorable Congreso del Estado, permitiendo de esta forma una educación para la participación por parte de la juventud sinaloense.

Estamos hablando pues de una educación para la participación democrática, una educación en donde las instituciones que nos representan como sector deben ser justamente eso, la representación de nuestras inquietudes y el centro de resonancia de nuestras propuestas para con la sociedad y las generaciones.

Planeación Urbana para el Desarrollo: Programa de Ordenación Productiva del Territorio Urbano

La fractura en la generación de empleo en Sinaloa obedece a una planeación económica equivocada, pero también, y de mera más palpable a la nula planeación territorial para el desarrollo, esto obedece a que el estado mexicano no ha sabido operar en los hechos las fuerzas económicas del territorio.

No podemos esperar que la economía se reactive únicamente como producto de las fuerzas económicas del mercado o de la intervención estatal, es necesario que exista un “tejido” productivo en el que se soporte la actividad del capital. El estado de Sinaloa ubicado el en noroeste de México no cuenta con una infraestructura productiva que de salida a las necesidades de industrialización de la región ese papel se le ha dejado a Sonora y a Jalisco, mientras que Sinaloa es un generador de materias primas para la industria de los alimentos.

El hecho de que Sinaloa no cuente con un tejido industrial no va a ser resuelto de la noche a la mañana y su presencia espontánea no es una obra sólo de la intervención gubernamental, de ahí, que propuesta como la de “parques tecnológicos” (imitando la propuesta europea de los años 90) no es un paso razonable para el estado. Sinaloa requiere que el capital humano se inserte en las relaciones sociales, en el entorno territorial y forme un entorno continuo de innovación industrial.

Este entorno continuo, sólo es posible si se combina el ímpetu de innovación con las necesidades sociales de la población. Hacer coincidir estos dos momentos es posible cuando las políticas públicas y el territorio son puestas al servicio de la población y se desconcentran los espacios de generación de riqueza -hoy en manos de unos cuantos-, para que esto sea posible se necesita que la política catastral y la planeación territorial urbana vayan de la mano.

La propuesta que hacemos es que el estado entregue bajo un programa ambicioso de desarrollo la tierra municipal urbana en las zonas periurbanas de la ciudad a la juventud profesionista y a todos aquellos que contando con una edad entre los 25 y 39 años de edad tengan un proyecto para desarrollar, apoyados por una combinación de programas económicos que hasta ahora han funcionado de maneras disgregada en el estado en distintas secretarias de estado en los tres niveles de gobierno, pero que al no estar concentradas en una red institucional no tienen la capacidad de trastocar el entorno territorial, aspecto que, necesariamente limita el impacto de las políticas públicas.

Consideramos que es necesario la entrega de la tierra periurbana, porque es ahí donde podemos generar el tejido productivo que impactar en la economía que relaciona el campo y la ciudad y reactiva el mercado nacional, al tiempo que se implementa la incorporación de la fuerza productiva de la juventud al desarrollo del país logrando con ello la generación de millones de empleos a través de una política industrial indirecta, es decir, una propuesta que no se vaya a los fondos perdidos tradicionales, sino a la base productiva nacional, y con ello se asegure además de anclar a la población, la consolidación de un futuro para la juventud profesionista y la nación.

La cultura en la construcción de la identidad: México y Canadá ante la ideología de consumo

Francisco Morales Zepeda

Alumno de la Maestría de Estudios de Estados Unidos y Canadá

Universidad Autónoma de Sinaloa

La construcción de la identidad para México y Canadá significó en el siglo XX, el reconocimiento de las distintas culturas que han conformado sus mosaicos nacionales, para que este reconocimiento llegara, bajo la idea de plenos derechos, ha debido primero generarse un desgaste de las ideas que sostuvieron al concepto de Estado-Nación en los siglo XIX y XX.

En el siglo XIX se concebía a las naciones como una unidad estable con un territorio y una lengua, que bajo la idea imperante del liberalismo económico debía basar su crecimiento en el comercio que asegurara la unidad nacional bajo la homogeneidad de las instituciones del Estado-Nación y para la protección de la libre empresa.

Para la primera mitad siglo XX el concepto de Estado-Nación fue alterado por la crisis estructural del capitalismo. Como solución a esta crisis (1929), se planteó un modelo de Estado-Nación interventor basando la fortaleza del capitalismo en el impulso a la sociedad de consumo de Keynes. Con el modelo económico de Keynes se inauguró la idea de un Estado que combinara la existencia del consumo y el beneficio social de la seguridad laboral, la educación y la salud, bajo principios anticomunista, se hecho mano de toda una maquinaria publicitaria que pusiera de moda la compra a crédito y la masificación de la producción, al tiempo que se fortalece la idea de identidad nacional como una forma de protección de los mercados y una condición indivisible con la formación de la sociedad.

A mediados de la segunda mitad del siglo XX, el modelo Keynesiano sufre los embates de una realidad capitalista basada en la corporación trasnacional, ya no bastaba la adecuación de estas empresas a los aranceles nacionales, había que adecuar la nación a la empresa, para ello se erosionó el concepto de Estado-Nación, este modelo se denomina Neoliberalismo.

En el Neoliberalismo se habla nuevamente de la no intervención del estado en la economía y la libre empresa, en la explotación de los espacios públicos para el beneficio comercial y la privatización a gran escala de las empresas nacionales que comienza a mediados de los ochenta y se incrementa con la desaparición del llamado “comunismo real” de la URSS, generando con ello la acumulación de capital necesario para la expansión de los mercados.

Paralelo a este discurso y para fortalecer a este modelo, se implementó en el terreno de la confrontación de occidente frente al comunismo soviético en la década de los ochenta en Afganistán la idea de que el Estado-Nación desconoce a las culturas que lo conforman, y que sólo la libre empresa desatando estas diversidades podría, por el peso especifico de cada cultura, darle un lugar en el concierto de la “aldea global”.

De esta forma el neoliberalismo utilizó el potencial revolucionario de las culturas introduciéndolo hábilmente en la confrontación capitalista, y ahora que no tiene “enemigo” al frente vistiendo a la ideología de consumo como la cultura de “la aldea global”, en su nombre ha desatado guerras y justifica la desigualdad social, y bajo el pretexto de la defensa de esta cultura que promueve el disfrute individual de los espacios sociales, que exacerba el consumo y en los hechos es contraría a cualquier otra forma de cultura, es como el paradigma neoliberal esgrime su erosión de la concepción de Estado-Nación desconociendo su papel como espacio del pacto social de lo pueblos tanto en el comunismo como en el capitalismo, de hecho, en el discurso se coloca como la ideología de la no ideología, la ideología del consumo.

El amo de los espejos: La ideología de consumo

El consumo generada como una estrategia de recuperación del capitalismo en el siglo XX bajo la teoría de Keynes y aplicada por Roosvelt en el programa Norteamericano denominado New Deal, aseguro no solo la recuperación sino la reedición de la expansión capitalista.

La ideología de consumo reeditada por el capitalismo Neoliberal ha transitado del marco de presentación de los objetos de consumo a fin del consumo como objeto, la publicidad en nuestros días, se rige por la estandarización de los criterios y pautas de conducta social, para Jean Baudrillard: “La publicidad constituye, en bloque un mundo inútil, inesencial. Una connotación pura. No se encuentra presente en absoluto en la producción y en la práctica directa de las cosas, y sin embargo tiene cabida íntegramente en el sistema de los objetos, no sólo porque trata del consumo sino porque se convierte en objeto de consumo. Hay que distinguir esta doble determinación: es discurso acerca del objeto y objeto ella misma. Y en su calidad de discurso inútil, inesencial, se vuelve consumible como objeto cultural”[1].

A través de la ideología de consumo la publicidad se relaciona con los niveles sociales y la capacidad de consumo de marcas y etiquetas que se convierten en una medida de los estándares de vida de las personas, “En el marco de la sociedad de consumo, la noción de status, como criterio de determinación del ser social, tiende cada vez más a simplificarse y a coincidir con el standing”.[2]

El consumo nos refiere un mundo idílico, en donde el consumidor, que ya no el ser humano, no tiene que moverse de casa para recibir los placeres del consumo, en donde toda la producción esta guiada para su satisfacción, desmantelando la noción de colectividad de la sociedad y la influencia de las culturas regionales.

“El precio que paga el pueblo por los “éxitos” del capitalismo ocurre con la disolución de las asociaciones humanas, la pérdida de la solidaridad, la indiferencia entre personas, la violencia, la soledad... y una sensación de perdida de función y propósito”[3].

La ideología de consumo es un fenómeno que refleja el sentido de la sociedad capitalista actual, promociona estereotipos, que suplen necesidades, definiciones estéticas con criterios homogéneos, que niegan en todo momento la interacción de las culturas, al ser principio de la apertura en la mercados de consumo la estandarización de las necesidades por lo cual la ideología de consumo juega el papel de un amo de los espejos, quien contrarío a lo que se pensara, no refleja la imagen de la sociedad, sino de los consorcios comerciales que controlan estos estereotipos y que han forjado un estructura cultural, que homogénea las necesidades sociales.

Esta realidad nos coloca ante una encrucijada, la construcción de la identidad en nuestros países como una forma de defensa de los mercados de consumo o la identidad como un escenario en donde interactúan las culturas que conforman a nuestras naciones, en donde la memoria juega un papel fundamental ante la agresión cultural que significa la ideología de consumo.

“El recuerdo colectivo es fundamental para la integridad e identidad de una comunidad. No es sólo que “quien controla el pasado controla el futuro”, sino que quien controla el pasado controla quienes somos”[4]

Para acercarnos al concepto de cultura

Pero, ¿cuál es el juego que la ideología de consumo da a las culturas en el libre mercado?, ¿qué consecuencias cotidianas conlleva a nuestras realidades nacionales y al futuro cultural de nuestros pueblos? ¿Qué consecuencias tiene en la construcción de nuestra identidad?.

Para dar respuesta a estas preguntas debemos evocar el papel que juega la cultura en la conformación de la identidad de los pueblos y la importancia que tiene el Estado-Nación en la conformación de las mismas o mejor dicho, cómo el Estado-Nación debe adecuarse a la existencia de las culturas.

La cultura, estudiada de forma reveladora por la psicología en voz de L. S. Vygotsky[5] a principios del siglo XX, la ha destacado como el escenario donde se definen el desarrollo de la conciencia y con ella la evolución humana, de ahí la importancia que reviste el preservar a las culturas como base de nuestro perpetuidad como especie humana y la construcción de nuestra identidad.

A partir de los estudios de Vygotsky, Jerome Bruner llega a una definición de cultura que comparto, “La cultura da forma a la mente, que nos aporta la caja de herramientas a través de la cual constituimos no solo nuestros mundos sino nuestras propias concepciones de nosotros mismos y nuestro poder” [6]

De esta forma podemos entender el impacto que tiene la cultura en la conformación de la identidad nacional y con ella la necesidad de que el Estado-Nación en crisis retome el rumbo no solo el reconocimiento multicultural de los pueblos, también el papel que juegan en la dirección del propio Estado-Nación.

La construcción de la Identidad

¿Qué tienen en común sociedades como la canadiense y la mexicana?, ¿En qué punto convergen?, podríamos responder que a partir del tratado de libre comercio en América del Norte (TLC), estas dos naciones son socios comerciales y a su vez vecinos de los Estados Unidos, es verdad, e incluso, en el momento actual añadirían algunos que tienen un reto frente al terrorismo, estas respuestas se sitúan en el plano de la relaciones económicas, y las preguntas siguen en pie.

Canadá y México, para continuar con la respuesta a las preguntas del párrafo anterior, tienen en común y convergen en un reto en el siglo que recién nos convoca, la construcción de la identidad, identidad que para ambas naciones significa la aceptación multicultural de nuestros pueblos, cuyo eje de encuentro no puede ser únicamente las agresiones de los Estados Unidos en el siglo XIX.

En el caso de México en el siglo XX el argumento totalizador de la tradición liberal que en el siglo XIX forjó “Lo Mexicano” ha comenzado a fragmentarse bajo, la propuesta del movimiento indígena en la ultima década del siglo pasado guiada por la exigencia de reconocimiento cultural y de autonomía, fragmentación que representa la caída de una identidad nacional basada en la unípolaridad del mestizaje, forjada con la conquista y las visiones de Estado-Nación aunado a la intervención Norteamericana de 1845, fortalecida con el estado benefactor y negada por el disfrute individual del mercado en el neoliberalismo.

La resistencia a esta realidad de mercado ha significado en el siglo XXI para las culturas indígenas mexicanas la exigencia de la aprobación de la Ley indígena, cuya aceptación resultó en una “Ley” que mantiene a las naciones indígenas fuera de los espacios de decisión de la estructura de gobierno, por ello el proceso de paz en Chiapas está estancado nuevamente.

Para los Canadienses, como nación que se han enfrentado a un realidad forjada en su origen de colonia de posición francesa y británica, constituyen lo que han denominado una contradicción en el siglo XVIII y XIX, pues al darse estatus de cultura diferente a Québec con los acuerdos de anexión a Inglaterra tras la guerra de siete años que perdería Francia, se definía explícitamente una realidad bicultural en esta colonia Inglesa y su permanencia por las condiciones posteriores, con la Revolución Norteamericana de independencia y con ello el convertirse en el territorio de lo que hoy es Canadá en asilo de quienes se mantuvieron de lado de la corona inglesa.

Aun así, Canadá es una realidad multicultural reciente, a pesar que la incorporación de las “Naciones Primeras” (Indígenas) a la legislación tiene sus antecedentes que datan de 1763 con la proclama real que definió las relaciones entre los pueblos aborígenes y los no aborígenes y donde se definían como entidades políticas autónomas bajo la protección de la Corona y posteriormente el sistema de reservas y el acta indígena de 1876 con la cual se deterioraron la autoridad de los gobiernos tribales. Es hasta 1982, con el British North America Act documento base para la constitución canadiense, donde se da la autonomía provincial basada en la diversidad regional; se logró por las naciones primeras el reconocimiento de sus derechos al ser incluidos como un tercer nivel de gobierno y con ello el reconocimiento multicultural.

Estas formas de reconocimiento multicultural comenzaron a exigirse en los Estados Unidos a mediados del siglo XX con la legislación antirracista y de derechos del voto negro, pero en este país a diferencia de Canadá, las naciones indígenas no se han incorporado como nivel de gobierno de ese país, se mantienen en reservas, bajo el impacto permanente de la ideología de consumo, fundamento esencial del modo de producción capitalista.

Podemos destacar que a finales del siglo pasado, la reivindicación racial compenetrada en los movimientos culturales que representan a los pueblos, han impactado en la construcción de la identidad de México y Canadá, modificando el significado que sostiene a este concepto, para dar una opción a las culturas que primero el liberalismo y posteriormente la globalización neoliberal, desconocen en aras de la hegemonía de la ideología de consumo.

Conclusión

En la cultura continuará impactando el concepto de Estados-Nación, por ello ha de construirse una identidad que reconozca nuestra condición de naciones multiculturales y una legislación que permita la interacción equilibrada en las responsabilidades y obligaciones entre estas culturas como una condición necesaria para avanzar.

Esta realidad multicultural y por tanto multinacional podrá ser una sorpresa para quienes conciben a la nación como un escenario exclusivo de los bloque comerciales de consumo, observando la realidad a través de la mira de la ideología de consumo y con ella una identidad subordinada a la estandarización capitalista, pero esta definición no satisface la construcción de una identidad para nuestros países, nuestra identidad no puede partir de la negación de las constelaciones culturales que forman nuestro universo social.

Culiacán, Sin, México a 3 de octubre de 2001

Bibliografía

[1] Baudrillar Jean (1985). El sistema de los objetos, Editorial Siglo XXI: México. p. 186

[2] Op Cit. p. 219

[3] Schiller I. Herbert (1993). Cultura S.A, la apropiación corporativa de la expresión publica , UdG, México, p. 47

[4] Middlenton, David (1989). Memoria Compartida, Editorial Paidos: España, p.

[5] Vygotsky, S.L (1979). El desarrollo de los Procesos Psicológicos Superiores Ed. Crítica: México

6 Bruner, Jerome, Educación puerta de la cultura, Editorial Visor, España, 1997